Consejos simples para mantener tu cuerpo a salvo mientras atiendes a tu jardín.
No tienes que ejercitarte en un gimnasio, cuidar tu jardín también es bueno para tí. Plantar tus propias flores, hortalizas, árboles y arbustos te ayudan a relajarte, trabajar suavemente los músculos y soportar incluso el sistema inmunitario, según algunos expertos. Los científicos incluso han descubierto que la jardinería está clasificada a la par del entrenamiento con pesas cuando se trata de fortalecer los huesos. También funciona muy bien para la artritis si sigues algunas normas:
Siempre haz un calentamiento y estira tus músculos antes de empezar a trabajar en tu jardín. Utiliza herramientas con mangos largos fáciles de agarrar y evita doblarte mucho. Si tienes que agacharte, dobla las rodillas y mantén tu espalda recta. Para el trabajo que tome más tiempo, siéntate en una silla o sobre tus rodillas.
No lleves una carga demasiado pesada y asegúrate de tener cerca todo lo que necesitas. Consigue una fuente de agua cercana y un cobertizo. Usa un delantal con suficientes bolsillos para tus herramientas más importantes. Usa un carrito o una carretilla para artículos pesados como tierra, fertilizante, etcétera.
Cambia de posición con frecuencia y alterna con caminatas. Si te sientes cansado o desgastado, deja de trabajar. Hacer jardinería varias veces por semana durante un período breve es mejor que agotarte una vez por semana.
Siembra plantas perennes y fáciles de cuidar que no requieran poda regular. Incluso si no tienes un jardín o si no puedes agacharte para sembrar las semillas en la tierra, puedes usar recipientes o macetas de barro. Solo recuerda: La jardinería tiene que ver con el placer de ver cómo crecen tus propias plantas.